El leonés Adolfo Álvarez Barthe celebra su vigésimo cumpleaños como pintor con la muestra 'Índice de olvidos', que albergará el Auditorio Ciudad de León hasta el próximo día 28

 

Se trata, según explicó el propio autor durante la inauguración de la exposición, de un resumen de "todo lo que podía haberse olvidado si no se hubiera reflejado en la pintura" a través de siete cuadros, temples sobre tabla; siete "elegías" acabadas por el artista en los dos últimos años.

 

Al respecto, señaló que durante los 20 años que lleva dedicado en absoluto a la pintura muchos temas "se iban olvidando" o germinaban de una manera "bastante inconsciente". "Retrato los pocos símbolos que están en el inconsciente. Pinto símbolos que actúan y pueden ser terapéuticos dentro del inconsciente colectivo", puntualizó.

 

Asimismo, manifestó que esta etapa de 20 años es el principio de su pintura y apuntó que su intención es celebrar la conclusión de este periodo para "desembarazarse" de los estudios previos realizados hasta el momento y empezar su obra. "Mi intención es olvidarme un poco para empezar sin saber nada. Y como decía Chesterton, a la aventura", concluyó.

 

En la presentación de la exposición 'Índice de olvidos' también estuvo presente la edil de Cultura y Patrimonio, Evelia Fernández, quien destacó que Adolfo Álvarez Barthe es un artista "universal" que lleva el nombre de León por todo el mundo, por lo que la muestra en el Auditorio es un "lujo".

 

Barthe ha realizado 30 exposiciones individuales a lo largo de la geografía española y más de 60 exposiciones colectivas entre las que se incluye su presencia en varias ferias internacionales celebradas en España y Bélgica.

 

En el año 2002 la Fundación Vela Zanetti de León desarrolló una exposición antológica de su obra bajo el título 'El Teatro de la Memoria'. Además, como conferenciante ha explicado su visión de la pintura en lugares como Salamanca, Bruselas o la Universidad Clark en Massachusetts.

CONVIVENCIA DE SUEÑO Y VIGILIA

 

Su conocimiento técnico de la pintura se manifiesta en el dominio de la técnica del temple y sus transparencias y veladuras han sido los "mejores vehículos" para retratar un presente eterno donde conviven el sueño y la vigilia.

 

El autor tampoco ha sido ajeno a otras parcelas artísticas, de modo que su colaboración con poetas, que le ha llevado a ilustrar algunos libros, ha influido en la iconografía de su obra.

 

Las matemáticas, así como las proporciones y la luminosidad del cuerpo humano han ayudado al artista a expresar el esplendor y el misterio del mundo. Igualmente, ha recuperado técnicas antiguas y ha incorporado nuevos materiales para la ejecución de su obra.

 

"La abundancia de referencias históricas, poéticas y mitológicas no impide que su obra seduzca por su atractivo visual", destacó el Ayuntamiento de León y apuntó que el pintor, "obsesionado" por abrir nuevos y viejos caminos para ofrecer una visión más completa, realiza una obra luminosa en la que los enigmas y los símbolos "no precisan de explicación".