16 de diciembre de 2011 UN ARTISTA GENIAL, UN FILÓSOFO Y UN VISIONARIO Belén Arén. Crónicas de Mi Barrio

Álvarez Barthe es un lujo como artista, como persona y como leonés, es uno de esos talentos maravillosos que “merece la pena descubrir”. Es una persona a la que yo conocí el año pasado por estas mismas fechas, y que no he dejado de seguir en estos 365 días que están a punto de convertirse ya en un año.

 

Me siento muy orgullosa de poder ver cómo ha fraguado un proyecto que se hace realidad gracias al empeño de todas las partes: por un lado, el pintor ha puesto toda “su obra en la exposición” y la Diputación a sus mejores profesionales para que los cuadros de Álvarez Barthe estén hoy colgados en el Instituto Leonés de Cultura.

 

Según palabras de Luis García, “Álvarez Barthe se considera un pintor medieval, que está permanentemente trabajando y evolucionando desde la humildad máxima de ese artesano-pintor característico del medievo”.

 

Su pintura no es sencilla o fácil: es “ una pintura intelectual”; tampoco es una persona sencilla Álvarez Barthe: es una persona en constante evolución, es creativo, es conocedor de muchas materias y de “muchas ramas de la vida”, sabe dónde pisa, sabe dónde y qué “aire” respira.

El pintor está continuamente viviendo la vida, reinventando la vida y llevando esta experiencia a sus cuadros.

 

Cada uno de sus cuadros tiene un mensaje, cuenta una historia y tiene “su propia moraleja”. Álvarez Barthe intenta comunicar un mensaje de vida y positivismo… “Occidente se desmorona, pero no pasa nada nos volveremos a reinventar”, manifiesta el autor al pie de “Cardo y decumano”, sin duda alguna mi cuadro favorito junto con la obra “Arquitecto gótico”.

 

Dicen los expertos en arte que la técnica del temple que usa Álvarez Barthe es difícil y compleja,  y que la corriente del momento puede considerarla “hasta mal vista”. Yo no entiendo de arte en lo que a técnica se refiere, pero les puedo asegurar que cada una de las obras del pintor me despierta una emoción, me trae unos recuerdos, un olor, un perfume, una textura… ¿Alguien se atreve a discutir que tener capacidad para transmitir todo esto no es arte?

 

Álvarez Barthe tiene mucho que mostrar, mucho que decir y mucho que contar, no solamente a través de sus cuadros, es un excelente orador, mejor filósofo y un visionario. Personas como Álvarez Barthe son necesarias en nuestra ciudad…  ¿Le vamos a dejar escapar?

 

¡Bienvenido Adolfo!

 

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