El leonés Adolfo Álvarez Barthe presenta su exposición Simurg,

en el madrileño Centro Cultural Buenavista

El pintor leonés Adolfo Álvarez Barthe debuta con picadores en una galería de arte situada en la Avenida de los Toreros de la capital de España. El ilustrado artista tiene querencia por el centro peninsular y es en Madrid y sus alrededores donde más exposiciones ha realizado en los últimos tiempos. El Centro Cultural Buena Vista presenta estos días la muestra que Barthe ha titulado: Simurg. En ella hay obras de formatos muy originales y, además, de grandes dimensiones, llegando algunas a superar los tres metros de4 envergadura.

Sorprende el título y sorprenden las bandadas de aves que pueblan sus lienzos en los últimos tiempos. «Tan importantes como las migraciones de las aves –explica- son las ?de los relatos. Y, para la literatura, las migraciones han producido los frutos más exquisitos. A menudo esa rica literatura ha sido ilustrada por imagineros y pintores de varias épocas y de estilos muy diversos. Se han realizado también innumerables dibujos y siluetas de pájaros con letras árabes. Alfombras, telas y tapices han reproducido el vuelo y la quietud de tan inquietas aves. Los naturalistas y los científicos nos han legado fieles retratos de las aves y mapas poblados por líneas abstractas que nos señalan las migraciones».

La iconografía de Simurg sumerge al espectador en el sufismo y sus símbolos. «En todos los pueblos y territorios que abraza el Islam –dice el artista- los pájaros han sido importantes símbolos espirituales cuyo lenguaje, según el Corán, fue revelado al sabio rey Salomón. El sufismo hizo buen uso de todos estos símbolos y configuró un mapa del universo donde lo visible y lo invisible podía cantarse. Occidente recogió estos saberes y es bien cierto que no han cesado las migraciones de los relatos de aves entre Europa, África y Asia».

Barthe se ha servido de todo ese material para ilustrar el bellísimo relato del poeta persa Faridud-DinAttar, El coloquio de los pájaros. «Los cuellos, los picos y los gestos de las inquietantes cabezas de las aves –comenta- casi se convierten en letras que construyen un texto pictórico. Los atrevidos formatos de algunas de estas obras indican los episodios espirituales del camino emprendido por los pájaros para encontrar a su rey Simurg y, con él, su redención». La técnica del temple sobre tabla y papel permite que todas las tradiciones y oficios que han ilustrado tan magno poema puedan nuevamente sumarse sin estridencias.