Pregonero 2017

de la Casa de Asturias en León

D. Adolfo

Álvarez Barthe

PREGÓN

DE LAS FIESTAS DE LA SANTINA

 

      Hace ahora 90 años, en 1927, un grupo de asturianos residentes en León decide reunirse para celebrar el día de la Santina. Organizan diversos festejos que culminan con lo que la prensa de la época describió como “una colosal fabada” que, en realidad, incluía también lomo a la rusa, salchichón, lubina en salsa tártara, solomillo en semiglasé, ensaladas y postres. Además de distintas bebidas de las que se indicaba lo que ahora llamamos “denominación de origen”. Durante el ágape, aquellos asturianos se pronuncian a favor de la creación de una Casa de Asturias en León. Pero mucho debió demorarse la digestión de aquellas viandas, pues no es hasta cinco años después, en 1932, cuando se nombra una junta directiva provisional para inaugurar la Casa de Asturias  en 1933. Evitaré dar noticia de los festejos y el menú con los que celebraron aquella inauguración. Baste con decir que no faltaron recursos económicos y humanos. El Ayuntamiento de Oviedo hizo un más que generoso donativo de 500 pesetas (cifra nada desdeñable para la época) a la recién constituida Casa y se habilitaron trenes para que no pocos ciudadanos de Gijón y de Oviedo se trasladaran a León los días inaugurales. Sí daré noticia del curioso banquete que dos años después, en 1935, la Casa de Asturias donó a los más desfavorecidos de la Asociación de la Caridad de León. Lo que quisieron para ellos también lo quisieron para otros. Ya veremos que es éste uno más de los rasgos de verdadera bondad que caracterizó a los fundadores de esta Casa.

Una constante de los festejos que la Casa de Asturias organizaba es la de incluir partidos de fútbol entre equipos asturianos y la Cultural leonesa. Aquí se trajo a equipos como el Caudal de Mieres o el Juvencia de Trubia. Será preferible no recordar los resultados de aquellos partidos. También se contrataron cantantes y parejas asturianas de baile famosas. Así que, desde sus inicios, primó el aspecto recreativo y deportivo.

 

     Todas estas noticias se publicaron en la prensa asturiana y leonesa. Y como quien os habla es pintor debéis saber que las noticias no sólo fueron leídas por mí, sino que, por deformación profesional, yo analicé la composición de las páginas donde esas noticias estaban impresas al lado de otras informaciones. Cuando uno compone un cuadro todo espacio ha de tener importancia. Cierto es que no todo espacio ha de tener la misma importancia, pero sí su papel. Sobre el papel de los periódicos advertí algo que habla muy bien de los asturianos que fundaron esta Casa. Mirad: al lado de los menús de los banquetes, de los bailes, de la emoción que siempre despiertan los eventos deportivos, de las romerías, de las oraciones a la Santina,  otras noticias vecinas hablaban de una España convulsa, de desórdenes sociales, de la quema de una iglesia en Langreo y de otros hechos luctuosos. Todo socio de esta Casa debe enorgullecerse de las actividades pacíficas, celebrativas, comunitarias y alegres que los primeros socios llevaron a cabo en tiempos difíciles.

Años después, después de una guerra civil, la Casa de Asturias de León se refunda. No renuncia a sus habituales festejos ni a publicar en la prensa los menús de sus celebraciones, los partidos de fútbol, los bailes y las romerías con las que clausura tantas veces sus días grandes. Pero es curioso (y aquí habla otra vez mi deformación profesional y mi obsesión por la composición plástica de cualquier soporte) las páginas de los periódicos donde aparecen estas alegres noticias ya no se ven acompañadas de noticias tristes sino de muchos anuncios publicitarios que aconsejan el consumo de marcas con extraños nombres de purgantes, bicarbonatos y demás remedios. Uno acaba sospechando que las digestiones de los socios de la Casa de Asturias de León seguían siendo las mismas que las de sus inicios.

 

     De pasada, casi secreto (como todo lo que verdaderamente importa en la vida) he deslizado el festejo realizado siempre por esta Casa y que es causa de todas las celebraciones. Las romerías y la procesión de la Santina. Es preciso saber que nos reunimos alrededor de quien está lejos, en una cueva en Covadonga. Ese misterio desata estas fiestas.

 

     Asturianos, leoneses, asturleoneses: bailad, jugad, comed y contadlo, seguid contándolo. Dos son las advocaciones de la Virgen que nos amparan. Una es la Santina. La otra, la Virgen del Camino. Una, la de Covadonga, sostiene al Niño. La del Camino es una Piedad y sostiene el final en este mundo del Niño. Así que se nos ampara en todo el arco de la vida, de generación en generación. Alegrémonos. Celebrémoslo. Que la Santina nos ampare y que también proteja nuestras digestiones, Viva la Santina. Viva la Casa de Asturias de León.

 

 

      Adolfo Álvarez Barthe

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