4 de octubre de 2013 ÁLVAREZ BARTHE REINTERPRETA
A LOS GRANDES RETRATISTAS DE LOS AUSTRIAS Camino Sayago. tamtampress.es

Adolfo Álvarez Barthe sigue empeñado en reivindicar el siglo XVI a través de una obra basada en motivos de esa época, pero ejecutada con los nuevos lenguajes del siglo XXI. Con el título “A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo”, recupera un emblema de la Casa de los Austrias para mostrar un pasado glorioso y otorgar un valor de uso a la pintura por medio de una treintena de retratos. La muestra, en el Museo de León, se podrá visitar hasta el 3 de noviembre.

 

Resulta paradójico, o al menos curioso, que un pintor de este nuevo siglo como Adolfo Álvarez Barthe haya elegido el entorno del siglo XVI para plasmar una de sus propuestas más autobiográficas, siempre bajo la omnipresencia de El Escorial y uno de sus personajes más relevantes, Felipe II. A este propósito, el pintor leonés proclama con claridad que ha utilizado uno de los emblemas de la Casa de Austria para reflexionar sobre un siglo glorioso, y dar una nueva dirección a la historia, en un tiempo en el que se habla tan mal de España, Por eso, “A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo” da nombre a esta exposición, que Barthe define como conceptual, al estar manufacturada, “hecha a mano”, dice, y porque incluye todos los lenguajes; desde la forma de recortar y reorientar los formatos propios del arte conceptual a la publicidad y la técnica, “exquisita”, añade, del temple, que viene de siglos atrás pero elaborada con una gramática actual.

 

Son treinta y dos piezas originales en temple sobre tabla o papel y siguen la estela marcada por los grandes retratistas de los Austrias, que copiaban una y otra vez el mismo modelo, lo que añadía a la pintura un valor más; “la pintura siempre tuvo un valor de uso para las embajadas, la banca, las bodas… Para conocer la belleza de la futura esposa y reina. Y se hacían siempre muchas copias de los cuadros. ¿Por qué no en el siglo XXI se pueden hacer copias y conferir nuevamente a la pintura un valor de uso?”, se pregunta Adolfo Álvarez Barthe. Es el legado que dejaron nombres ilustres como Tiziano, Antonio Moro, Alonso Sánchez Coello y Juan Pantoja de la Cruz. “En mi trayectoria, esta muestra significa parar y reflexionar sobre lo hecho. Cumplo años, hay obra hecha y ésta se ha creado porque me he atrevido a ver lo que he realizado antes. Y a su vez, también significa dar gracias a las técnicas de las artes conceptuales y aportar a mi obra un discurso todavía más grande”.

Falsa actualidad

 

¿Por qué los Austrias?, se pregunta en voz alta Barthe. “A diferencia de las demás monarquías europeas, fueron reyes éticos y con un prurito moral desconocido en el resto de Europa, lo que desembocó en unas leyes, un urbanismo y una ingeniería sin precedentes en la historia para el buen gobierno de las personas”. E insiste en que esta exposición es hoy más necesaria que nunca, porque España tiene un recorrido más largo; “y yo quiero hablar bien. La gente está hipnotizada por una actualidad falsa: los protagonistas, y quienes comentan la actualidad, son unos auténticos incapaces. España es mucho más que esa realidad engañosa”.

 

Entre sus proyectos más inmediatos confía culminar la serie de los tótem, que se recoge en esta exposición, y emprender una nueva sobre otra de las piezas de la muestra, “Los amantes separados”. “Es un tema muy antiguo que sale en cuentos chinos y en muchos cuentos portugueses… En realidad en todos los pueblos con mar que dejaban a las mujeres en el puerto mientras los hombres se echaban a la mar; pero hombres y mujeres veían las mismas estrellas, como refleja el fado portugués”.

 

• Museo de León (Plaza de Santo Domingo, edificio Pallarés), hasta al 3 de noviembre.

• Horario: De martes a sábado de 10 a 14 y de 16 a 19 horas y los domingos de 10 a 14 horas.

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